No.
No es preciso que cantes,
me basa con que me dejes
tu voz escuchar…
No,
mejor no digas nada,
calla…
Oigamos el rumor del rio
que nuestros pies besan.
Suelta el pincel.
Observa el cielo,
¿Verdad que hoy esta pequeñito?
¿Verdad que hoy esta teñido de verde?
¿Que le dira el rio a las piedras?
¿Que sentirá el cielo verde?
No hables,
por favor,
calla…
deja que el aire interprete tu silencio
y me diga quedamente
al oído,
tal vez sea menos duro …
Si gustas vuelve a tomar el pincel,
si gustas, canta?
si gustas, habla…
mas no me digas lo que yo së…
Es difícil renunciar, amigo…
y yo veía el cielo verde
pero tu lo pintabas de azul;
oía las palabras de amor
que el rio murmuraba a las piedras
pero tu, le dijiste al viento…
Renuncié…
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